Ruan Arenas
el fugaz encuentro de los cuerpos
retorcidos en un agónico grito de búsqueda.
la avidez del placer y la entrega
escondida en besos angustiosamente solitarios.
un cuerpo sudoroso desfogándose
encima de tu juventud.
Te marchaste y dejaste a tu paso
el almendrado aroma de piel
las alas abiertas de tu sexo
volando por un firmamento
fabricado con pedacitos de orgasmos
Te marchaste y dejaste a tu paso
cuadros aun sin terminar
cama en desorden
libros tirados en el suelo
Mudos testigos
Del momentáneo encuentro
Te marchaste y dejaste a tu paso
incógnita oculta en un adiós
que alimenta la ausencia
y se propaga por el cuarto vació
Te marchaste y dejaste a tu paso
el deseo saciado
calido engaño
de una realidad que asesina.
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